viernes, 13 de junio de 2008

Cualquier pelotudo tiene un bloc

¡Sí! Lo dijo José Paul, cualquier pelotudo tiene un blog. O bloc, como chasquido de dureza de pronunciación, exagerada e irónica. Analicemos la frase sin caer en la del blogger democrático y defensor de la libertad de expresión. A ver: Cualquier pelotudo tiene un bloc. Hay muchos pelotudos en el mundo, luego hay muchos pelotudos en internet. Acceder a internet es fácil, solo se requiere una computadora y conexión. Luego, cualquier pelotudo tiene acceso a internet. Quienes tienen acceso no encontrarían impedimento para tener un blog (o bloc), es sencillo, gratuito y sin filtros ni examen de ingreso. Está al alcance de cualquiera, tanto para los pelotudos como para los que no lo son, y como acá no estamos analizando qué es pelotudo y qué no, asumimos que cualquiera de los que tienen un blog está en condiciones de ser considerado pelotudo. Luego, cualquier pelotudo tiene un blog.
Ahora bien, el concepto blog o bloc vale tanto para quienes suben textos como para los que los comentan. Luego, cualquier pelotudo escribe, cualquier pelotudo comenta, cualquier pelotudo tiene un blog. El fenómeno comentario o comment, trasladado también a los diarios en internet, convierten a las notas de estos diarios en virtuales posteos bloggeros o bloguísticos, y a los comentarios, en la repetición del formato blog, aportando esta sinergia a un nuevo engendro: el pasquín ideológico de una corriente que se manifiesta a través de este soporte y que expresa con sus opiniones toda su furia, su odio, su confusión, su estrechez, su ignorancia. Su pelotudez. Luego, cualquier pelotudo tiene un blog.

Iba a ilustrar con un comentario encontrado en Crítica, que decía algo así: A los militares se les escaparon dos, el matrimonio K, una dulzura. Pero lo perdí, lo había copy paste pero lo guardé vaya a saber dónde.
En cambio, les dejo el videíto que todos habrán visto de JPF.

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